domingo, 8 de diciembre de 2013

Héroe

Los héroes si existen, Nelson Mandela es uno de los más grandes y destacados a lo largo de la historia de la humanidad. El líder sudafricano dejo claro, con su inteligencia, honestidad y valentía, que los milagros son reales, incluso en la política, y logró liderar una alquimia hacia la libertad y la armonía de Sudáfrica que resultó ser irreversible.

Todos los muertos son buenos, dice el dicho, pero en este caso podemos tener la certeza de que cada voz de condolencia, cada elogio e incluso cada lágrima derramada son justificados y tienen un sentido especial. Su conciencia y lucidez se forjaron bajo la lupa de eternas torturas y trabajos forzados, esto hace aún más loable su causa y su comportamiento. Su ejemplo es admirable y deseable y la nobleza y satisfacción de sus ojos invitan a esforzarse por seguir su legado.

Quizá una de las más grandes enseñanzas que nos dejó Mandela fue su capacidad de hacer una autocrítica radical a sus convicciones. Es remarcable la capacidad que tuvo para cambiar sus pensamientos y su filosofía para así lograr aquella serenidad y sabiduría que tanto lo destacaron. Su nuevo amanecer guiaría todas sus iniciativas políticas que lo llevaron a rediseñar un país y hacerlo fantástico, poblado con personas bonitas que lograron el perdón en el interior de su alma y en la práctica.

No fue fácil. No fue perdón y olvido. Perdonar no es olvidar, perdonar es continuar y aun sintiendo un inmenso dolor reconocer, avalar y potenciar la libertad del otro, ese fue su gran valor. El perdón como elemento clave para un nuevo despertar, el perdón como sinónimo de futuro. También el perdón como enseñanza y así jamás llegar a repetir la historia. El perdón, que como la paz, son unos propósitos difíciles, pero irrenunciables. Mandela no solo es inmortal por lo que hizo, también lo es por lo que no hizo; no odió y no buscó venganza.

No tienen por qué existir pueblos condenados a vivir en la brutalidad y en la crueldad de manera eterna, ahí están los ejemplos de Polonia, Japón y Sudáfrica, entre otros. La paz y la reconciliación son posibles, deseables y viables.

En su situación y en la situación de Sudáfrica durante el Apherteid, renunciar a la violencia era un juego mental lejano a toda realidad, había mucho rencor y odio circulando por las venas. Era imposible. Nelson Mandela logró hacer posible lo imposible a punta de convicción, amor y perseverancia. Una historia romántica con un desenlace paradisíaco. La raza negra oprimida y esclavizada y la raza blanca llena de odio lograron una transición pacífica hacia la concordia y la convivencia. Un sueño hecho realidad. La magia de ese sueño no sólo logro su objetivo sino que se esparció en el tiempo y en el espacio como los pétalos de un diente de león llevados por el viento.

Su capacidad persuasiva asombra. No necesitó levantar el tono de su voz, no necesito cerrar su mano, ya sea para empuñar un arma o para golpear a alguien con ella. La fortaleza de su espíritu le fue suficiente para contagiar, poco a poco, a cercanos y enemigos. Para hacer tal cosa se necesita tener más que un poquito de gracia. Logró forjar una cohesión pero reconociendo las diferencias; impulsó el cambio del fanatismo por la tolerancia, la mezquindad por la solidaridad, el egoísmo por el bienestar común y la desolación por la justicia. Voluntad, paciencia y resistencia fueron los elementos para lograr la arquitectura del milagro de esta nación adornada por el arco iris, que volvió a asomarse para nunca más irse.

Ahí no terminó su legado; cuando ya era inmensamente aclamado (Premio Nobel de paz en 1993, entre otros), Mandela siguió siendo una persona sencilla y austera. Su nobleza no cambió con la aceptación o la popularidad. Y después de hacer un mandato ejemplar como presidente de Sudáfrica, renunció a permanecer en el poder abriéndole un libre sendero a la democracia. La confianza, la disciplina y el liderazgo de éste hijo Thembu de la tribu Xhosa, lograron transformar a un país en grave conflicto de violencia y segregación a ser una potencia y un referente continental. ¡Una Sudáfrica para todos!

Los héroes cuando lo son no lo notan, no pretenden serlo ni hacen campaña, simplemente actúan de manera consecuente con templanza y oficio. El reconocimiento y las posiciones vienen cuando no se desean con intensidad y no son necesarios para llevar una vida llena de felicidad o de gratificación. Que grande y ejemplar fue Nelson Mandela, s
u trabajo de símbolos fue mucho más que genial. 


 "He luchado contra dominación blanca, he luchado contra la dominación negra. He acariciado el ideal de una sociedad libre y democrática en la que todas las personas vivan juntas con armonía e igualdad de oportunidades. Es un ideal por el que espero vivir y por el que espero triunfar. Pero si fuere necesario, es un ideal por el que estoy dispuesto a morir". Nelson Mandela.


4 comentarios:

  1. Hermoso..sencillamente ..puro y tan honesto Gracias por compartir esta historia tan hermosa

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    1. Gracias a ti por tomarte el tiempo para leerla y para escribirme. Es demasiado gratificante y significativo para mi recibir este comentario que me hiciste.

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  2. Muy interesante lo que dices de este gran personaje de nuestra historia moderna.....muchos han dedicado palabras de admiracion hacia el, pero tu haz dado mas.....

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    1. ES fácil hablar de Mandela, las palabras fluyen solas. Muchas gracias por leerme y por escribirme, bendiciones.

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