miércoles, 8 de febrero de 2012

En defensa de los hombres frustrados

Una mujer puede seducir a un hombre, con o sin proponérselo, con sus movimientos. Pero con todo y lo delicioso que puede llegar a ser, ésta atracción no se da por como ella baila o por como tira, sino por sus gestos. Por sus expresiones, por como parpadea, por su comportamiento físico en general. Resulta imposible entonces, evitar caer en la tentación de dejarse enloquecer por ellas. Al decir “dejarse” me refiero a que es una decisión que nosotros tomamos.

Primera noticia: los hombres tomamos la decisión de enloquecer por una vieja, no es algo que ocurra por que sí.

La pregunta importante es: ¿a las tipas les gusta que los tipos pierdan los sentidos por ellas? La respuesta es un contundente si. Por eso comprendo a los hombres frustrados por una vieja buena, porque es una decisión mutua, inevitable. De hecho me identifico, no me voy a excluir (todos llevamos por dentro a un depredador en potencia).

Vamos al comienzo: Por “frustrado” definimos a un tipo que está convencido de que su ex sigue siendo de su propiedad o a uno que tiene por ahí a una vieja a la que siempre ha querido hacerle la vuelta pero que no ha podido. O en su defecto, no se la hizo completa y quiere terminar el trabajo.


Segunda noticia: Los hombres somos comprometidos y responsables, no nos gusta dejar las cosas a medio hacer.

Dejemos la pendejada de pensar que las personas no somos propiedad de nadie o de juzgar la expresión como si estuvieran vulnerando nuestra identidad. Propiedad significa pertenencia, valor e importancia. ¿Qué tiene eso de malo? No me importaría ser propiedad de una vieja (buena) que me quiera, me respete y que se mueva bien.

Un tipo frustrado suele hacerse notar por su objetivo; y la manera más frecuente pero menos creativa de hacerlo es con plata, mostrando plata. No importa endeudarse por ella, se siente bien, ganando. ¿En que se invierte esa platica? En costosos regalos (libros de superación personal o de poemas, collares y aretes de lentejuelas, invitaciones a Monserrate, etc.), la dinámica es la siguiente: Ella abre la boca y él cree que tiene que abrir la billetera.


Después de descender de los cerros, sin un peso, él tiene que irse caminando, no importa la hora, no importan los escalofriantes lugares que tenga que recorrer, sólo importa planear el siguiente ruego para concretar una nueva salida. No es un idiota, sólo está enamorado… Suele ser lo mismo.

Al día siguiente ocurre algo terrible; ella tiene la delicadeza de escribirle al inbox del Facebook, justo antes de bloquearlo, que se siente súper mal por el besito que él le logro arrancar con tanto esfuerzo. ¿Cuál es la obvia reacción? Colapsar el teléfono de la vieja con llamadas perdidas y mensajes de todo tipo exigiéndole compasión. A falta de respuesta salen a flote las conocidas llamadas borracho a insultar a la vieja pero a la vez a decirle que la ama.

El tipo tiene ideas sobre el amor claramente equivocadas y la vieja tiene la necesidad de sacarse de encima al tipo y seguir con su vida lo antes posible. Entonces, finalmente concretan verse en un café para “aclarar las cosas”.

Ella jamás le pregunta cómo está, no le interesa. Él habla y promete babosadas mientras ella está esperando ansiosamente a que otro, alguien que la trata mal, le hable por el pin del BlackBerry. Lo mira y lo mira (al BlackBerry) y cuando éste por fin se hace sentir (el BlackBerry) pitando con un chillido fastidioso resulta que es la amiga desparchada preguntándole qué almorzó, habla y habla con la desparchada ignorando al otro hasta que al fin se le apagan los ojitos volviendo a la realidad del intenso que tiene en frente.


Tercera noticia: Por cada mujer desparchada hay un hombre cansado de escucharla y de aguantarla a cambio de sexo que a su vez decidió convertirse en un frustrado con otra.

2 comentarios:

  1. Excelente post. Navegando por la web me encontré con este texto. Lamentablemente estoy pasando por esos momentos donde soy una vez mas el tipo que graficas. Cuánta verdad sobre las mujeres despechadas, hombres que nos cansamos, y que elijan y prefieran siempre al que las trata mal. El universo es a veces bastante extraño, y bastante injusto con quienes por esas ironías de la vida, atravesamos el camino del dolor por no poder entregar algo tan simple como el amor. Una vez mas, ironías de la vida... Felicitaciones por el blog, y gracias por el alivio de verme reflejado en este texto tan sincero, que lamentablemente nos describe a tantos hombres de buena fé. Saludos desde Argentina!
    Federico.

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    1. Muchas gracias por la buena onda Federico. Alguien dijo que el amor nunca va a ser justo pues siempre nos van a lastimar y que nosotros simplemente elegimos a quién regalarle ese derecho.. Otros dicen que hay que sentir dolor en amores fallidos para cuando encontremos al verdadero estemos preparados y ya hayamos aprenddo a amar.. Y algunos otros pensamos que la vida se parece a los latidos del corazón: sístole y diástole, a veces negro y a veces blanco, a veces es día y a veces noche.. Es decir, así como hay buenos momentos también hay malos, así funciona, debemos aprovecharlos y sacarles lo mejor tal cual vengan.. Lo que si es seguro es que el amor es el músculo que mueve al mundo.. Mucho ánimo Federico, mucha resiliencia, mucha paz.. Mañana cesará la horrible noche y saldrá el sol.

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